Pero eso no es porque cambien los principios, sino porque cambian las circunstancias que se deben tener en cuenta. En concreto por la necesidad de tener en cuenta el respeto a la libertad de las personas y a las múltiples circunstancias en las que viven. Por otra parte la fe religiosa, para quien la tiene, es algo que afecta al conjunto de la persona, su visión del mundo actual en el que se mueve, sus proyectos de vida y sus criterios de comportamiento. No es posible para un creyente ni parcelar su vida ni restringir la influencia de su fe en el conjunto de sus responsabilidades y actuaciones. Si todo lo que cube en el libro es cierto, se carga literalmente siglos de doctrina y filosofía en Occidente.
La Iglesia no puede predicar la igualdad y mantener a la mujer alejada de los puestos de responsabilidad dentro de su instituciones porque va contra el espíritu de los tiempos y, además, en ninguna parte del Evangelio se cube que la mujer deba d
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