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Como ya mencionamos reiteradas veces, el cabello rizado es más frágil que el resto de los cabellos. Por eso no sólo es necesario aplicar productos que brinden salud y vida, sino que también hay que tener en cuenta ciertos hábitos para contribuir con esta rutina curly.
Para empezar, debes tratar de evitar tocar mucho el cabello cuando lo estás secando para no romper con la definición que has aportado antes. Además, si lo secas con un secador, es aconsejable hacerlo con un difusor, para evitar que el aire del secador choque con fuerza en el cabello y que cree ráfagas que muevan demasiado al pelo. Procura siempre utilizar una potencia y temperatura media.
A su vez, no debes dormir con el cabello húmedo o sin protegerlo, porque así perderá su forma y volumen, como así también será más propenso a romperse al rozar con la almohada.
Cuando peines, hazlo con un cepillo de puntas anchas o con un cepillo que no ropa el cabello.
Si utilizas una mascarilla, no sirve que la dejes actuar sólo 5 minutos, procura que sea entre 30 minutos a 2 horas. Tampoco debes ir a dormir con la mascarilla puesta.
Trata de no repetir reiteradas veces el “último lavado” porque estarás utilizando productos con sulfatos que resecarán tu cabello y será difícil mantener su buena salud en el tiempo. Con que se realice una vez es suficiente. Si en algún momento crees que es necesario hacer un “reset” de tu cabello, utiliza productos clarificantes que no contienen sulfatos.
Cuando seques el cabello con una toalla, procura que no sea de algodón. Puedes utilizar una camiseta vieja. Además, no lo estrujas ni retuerzas el pelo.
Por último, no utilices planchas para el cabello o tenacillas. Lo único que lograrás, será aplicar extremado calor directo en el cabello, resecándolo y dañándolo. A su vez, perjudicarás al patrón de tus rizos.